MINDFULNESS: EL PODER DE VIVIR EL PRESENTE

En la sociedad actual en la que se premia la inmediatez y la prisa por conseguir las metas futuras planteadas, en la que en ocasiones arrastramos pesadas cargas de nuestro pasado; se nos hace difícil estar con plena consciencia y atención en el momento presente.

Además, no estamos acostumbrados a estar “presentes en el presente”. Se nos exige y nosotros acomodamos nuestra actuación y atención a las permanentes demandas y distracciones que en nuestro entorno se generan. Nos hemos habituado a estar atentos a todo de manera parcial. Estamos tan conectados a todos los focos de atención que hemos olvidado conectar con nosotros mismos, con lo realmente esencial de cara a conseguir nuestras ansiadas paz, serenidad y felicidad.

La práctica del Mindfulness, de origen budista y que cuenta con más de 2500 años de antigüedad, ha irrumpido con fuerza en Occidente desde hace unos treinta años hasta el momento actual.

A través de esta práctica nos entrenamos para estar “presentes en el momento presente”. Con él incrementamos la atención, la memoria y la concentración en todas y cada una de las actividades que emprendemos en nuestra vida, aumentamos la capacidad de darnos cuenta y ser conscientes de nuestras conductas y decisiones, aprendemos a desarrollar habilidades para afrontar y resolver conflictos, y hasta potenciamos la empatía, la escucha y las relaciones saludables con los demás.

Estudios científicos de diversa índole han puesto de manifiesto que a través de un estado de atención plena y consciente no sólo podemos reducir nuestro estrés  y ansiedad, sino que también podemos llegar a ser más creativos, podemos valorar las situaciones con mayor claridad, aumentar nuestra resistencia emocional y disfrutar más de lo que hacemos

Cuando aprendemos Mindfulness experimentamos cómo esta habilidad de meditar nos ofrece nuevas posibilidades para que pasemos simplemente de “ser” y “luchar” a tener una “vida aventurera” de nuevo. Con él  aprendemos a vivir alrededor del dolor en vez de enfocarnos en él continuamente.

El mindfulness practicado con regularidad, no solo puede cambiar la bioquímica de nuestro cuerpo sino también modificar estructuralmente nuestro cerebro. Matthieu Ricard, monje budista y doctor en biología, considerado como el hombre más feliz del mundo, posee un centro de control (amígdala cerebral) mucho más pequeño que el  resto de las personas.

Pasos para iniciarnos en la práctica del  Mindfulness:

  • Escoge un lugar y momentos adecuados, libre de distracciones y molestias.
  • Encuentra una posición adecuada y confortable, sentado con las piernas cruzadas en posición de loto o si te resulta más cómodo sentado en una silla con la espalda erguida y tus pies bien apoyados en el suelo.
  • Trata de mantener las distintas partes de tu cuerpo relajadas, concentrándote en ello. Mantén el cuello estirado con la barbilla ligeramente inclinada hacia adelante y tu lengua descansando en el paladar. Relaja los hombros y cierra los ojos. También puedes mantener los ojos entreabiertos observando un mismo punto ligeramente más lejos de la posición de tus pies.
  • Empieza realizando algunas respiraciones profundas que te ayuden a situar el cuerpo y a estabilizar tu presencia en el espacio.
  • Centra tu atención en tu respiración. Observa cómo el aire entra y sale por tu nariz en cada respiración y cómo penetra en tu cuerpo hasta el abdomen. A medida que inhalas y exhalas concéntrate en tu respiración. Si pierdes esta concentración, siempre vuelve al punto de respiración. Deja que los pensamientos, sentimientos y distracciones se vaya por sí mismo, sin centrarte en ellas.
  • No te preocupes si hay ocasiones en las que pierdes la concentración. Sé amable y compasivo contigo y no te castigues por ello. Simplemente vuelve a tu respiración.
  • Finalmente, cuando terminas la meditación, vuelve a tu estado de actividad despacio y pausadamente.

 

 

                                                                                                            “Cuando bebas, simplemente bebe;

                                                                                                           cuando camines, simplemente camina”.

                                                                                                                             Proverbio Zen

 

 

Mª José Lara Hurtado

Psicóloga del Centro de Psicología Lara